martes, 9 de mayo de 2017

La hora del cuento (corregido)

Actividad 3: La hora del cuento

“La lectura es imprescindible para un correcto desarrollo emocional, cognitivo y social del niño” ("La importancia de contar y leer cuentos para un desarrollo integral de los niños", 2010). Que los niños escuchen cuentos en voz alta, de manera adecuada, es decir de una manera clara, “en voz alta, con juegos de voz, una determinada sonoridad y entonación acompañado de las imágenes” ("La importancia de contar y leer cuentos para un desarrollo integral de los niños", 2010). Aunque dependiendo de forma para contar el cuento que utilices, se usan imágenes o no. Compartir una narración oral con los niños tiene beneficios como:

• “Poder solucionar conflictos internos que tiene (se hace pipi, tiene miedo, no quiere comer, no quiere compartir o simplemente se identifica con el protagonista)”.

• “Aprender roles sociales”.

• “Desarrollar la imaginación aumentando su curiosidad por investigar y descubrir y favoreciendo así su creatividad”.

• “Mejorar la comunicación”.

• “Favorecer la concentración”.

• “Construir vínculos emocionales más sólidos”.

• “Les ayuda a aprender, a reforzar el lenguaje y a desarrollar su autoestima”.

("La importancia de contar y leer cuentos para un desarrollo integral de los niños", 2010)




Hay tres formas de contar un cuento, la primer es el cuentacuentos, la segunda es la narración con libro, y la tercera es la lectura.

El cuentacuentos, consiste en contar un cuento de memoria, sin imágenes. En estos casos el narrador hace de agente socializador. Los cuentos folclóricos son los más adecuados para este tipo de narración, ya que fueron creados oralmente y no están hechos para ser leídos.   

La narración con libro, es una técnica en la que el narrador cuenta el cuento con sus palabras, pero usando las imágenes del libro como apoyo y al mismo tiempo que cuenta el cuento interactúa con los niños. Para esta técnica son perfectos los libros de láminas o “picture book”, en los que las ilustraciones son más importantes que el texto. Como alternativa a estos libros se puede proyectar las imágenes en una pantalla, también se pueden imprimir las imágenes y por el otro lado el texto, y por último se pueden proyectar las imágenes en el techo y que los niños se tumben en colchonetas.

La lectura, el narrador lee el cuento en alto, enseñando las imágenes y se debe tener en cuenta el volumen, la entonación, las pausas, el ritmo, etc. Esta técnica es perfecta para el último curso de infantil, ya que es cuando están empezando a leer. También debemos huir de las sobreactuaciones, de poner voces a los diferentes personajes y no tenemos que exagerar las entonaciones.


Estrategia elegida

La estrategia que elegí para el taller es la de cuentacuentos. Al hablar con mis dos compañeras nos decidimos rápido y no tuvimos problemas a la hora de repartir la forma de contar el cuento.

Cuento elegido

Para esta estrategia elegí el cuento del lobo y las siete cabritillas, que es un cuento folclórico. Escogí este porque ya lo había trabajado en la actividad del bloque 2, por lo que lo conocía y además es un relato que me gusta mucho. Creo que es un cuento perfecto para contar con cuentacuentos, ya que es un texto folclórico, y estos deben ser contados no leídos.

Edad elegida

La edad elegida es 3-4 años, he elegido esta edad porque los niños ya son capaces de ser el lobo cuando juegan, o también juegan a que este les persigue. A esta edad los niños están en la etapa preoperacional, como ya dije en mi anterior entrada sobre los textos folclóricos. Para los que no la hayan leído, en esta etapa los niños son capaces de ponerse en el lugar de otros y jugar imitando diferentes roles.

Preparación del cuento

Para prepararme el cuento lo que hice fue leerlo varias veces en casa, para poder recordar la base. Aunque este cuento me lo contaban de pequeña la versión elegida, que es la de los hermanos grimm, es algo distinta y me confundía algunas veces al contarlo. Cuando conseguí acordarme de esas partes en las que fallaba, comencé a contárselo a las personas de mi familia, a mi madre, a mi hermana y a mi prima. Después de esto llegó el día del taller y les conté el cuento a cuatro compañeras.

Preguntas al final del cuento

Al terminar de contar el cuento dejaría que los niños hablaran un poco sobre este, para ver que ideas sacan ellos solos. Después de ver que dicen, les preguntaría sobre la actitud de los personajes, por ejemplo, que les parece que las cabritillas abran la puerta al lobo. También sobre que harían si les hablara alguien que no conocen. Por último les preguntaría sobre lo que hacen algunos de los personajes, por ejemplo, que les parece que las cabritillas abrieran la puerta al lobo, o que les parece que  el lobo se comiera a las cabritillas.

Cambios al contar el cuento

Al contar el cuento cambie un par de cosas. Por ejemplo, cuando el lobo va por segunda vez al pueblo, va a un tahonero para que le unte la pata con pasta, como no me salía la palabra tahonero dije que fue a un hombre del pueblo. En esta misma parte el lobo también va al molinero para que le eche harina en la pata, y al  contarlo en el taller que hicimos por los nervios me salió panadero en vez de molinero. Por último cambie un poco el final, ya que como dije en mi anterior entrada no me gustaba que las cabritillas y la cabra celebraran la muerte del lobo. Como dije, deje un final más abierto en el que las cabritillas y la cabra no celebraban la muerte del lobo, pero aun así sabían que no iba a volver.


Taller

El día del taller conté mi cuento a dos grupos. Las compañeras del primer grupo con el que estuve me dijeron que les había gustado mucho. Me dijeron que aunque me había trabado un poco en alguna palabra, me había salido muy bien. También que había hecho muy bien los gestos, la mirada y la entonación, que acompañaban al texto que iba contando. Una de mis compañeras me recomendó poner la voz del lobo al contar la historia, y yo la dije que lo había pensado pero que al final no lo hice. La razón fue porque, durante la historia el lobo cambia la voz, por lo que podría haber confusión. Además, poner voces a los personajes no ayuda a la comprensión. Ambas estuvieron de acuerdo con la edad que había elegido y también con las preguntas que haría al final.

Cuando conté el cuento en el segundo grupo, estaba menos nerviosa e intente no trabarme. Al terminar mis compañeras me dijeron que lo había hecho genial, que no me veían ningún fallo. Dijeron que las había mantenido atentas y concentradas en la historia en todo momento. También me dijeron que tanto los gestos, como la mirada y la entonación estaban muy bien, y eran las apropiadas. Al igual que en el grupo anterior, estaban de acuerdo con la edad y preguntas elegidas.

En cuanto a mi autoevaluación, no sabía que tenía que interactuar con las personas que me escuchaban, por lo que eso seria un punto que tendría que mejorar de cara a mi futuro profesional. 

Conclusión

Considero que conocer las diferentes estrategias para contar cuentos es muy importante, sobre todo para una futura maestra de infantil. Además, es imprescindible elegir la edad y el libro correcto, acorde con una de estas tres estrategias.

Decir también que me gustó mucho la dinámica de contar un cuento, ya que así pude poner en práctica lo aprendido. Además, al contar mi cuento mis compañeras pudieron decirme que hacía mal y que hacia bien.

Para terminar, creo que contar los cuentos con diferente estrategias ayuda a los niños a experimentar la literatura y a disfrutarla, sobre todo si sabes desempeñar bien cada estrategia. 


Bibliografía

-La importancia de contar y leer cuentos para un desarrollo integral de los niños. (2010). Publicaciones Didacticas. 27 Abril 2017, sitio web:


-Apuntes de literatura infantil.

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